miércoles, 30 de mayo de 2012

RAMUNAS SISKAUSKAS

 


"No ha sido una decisión repentina. Tomé la decisión a mitad de temporada. No se debe a una razón específica. Sólo siento que debo parar. Dios me ha permitido conseguir muchos logros teniendo en cuenta que empecé a jugar tarde y que no fui a ninguna escuela de baloncesto. He sido feliz jugando para varios equipos grandes, ganando un buen número de títulos. Estoy contento por irme como un jugador importante, en un gran club y en una gran organización como el CSKA de Moscú"

Así, fiel a su manera de ser, con una nota escueta y puramente descriptiva, anunciaba el pasado lunes Ramunas Siskauskas su retirada de la práctica activa del baloncesto. Mvp de la euroliga 2008 e integrante del equipo ideal de la década, Siskauskas deja atrás una carrera cimentada en pasos cortos y que entronca claramente con la de otros de los referentes del basket europeo como Theo Papaloukas o Dimitris Diamantidis. Y es que, al igual que los helenos, el lituano apenas saco la cabeza en categorías inferiores para, como los buenos platos caseros, poco a poco ir añadiendo sabrosos ingredientes a un repertorio técnico a la altura de los más grandes del “krepsinis”. Aunque puestos a buscar paralelismos, quizás el más certero lo podríamos encontrar en la figura de Sergejus Jovaisa. Como el mítico jugador del Zalgiris, Siskauskas termino por convertirse en un jugador duro mentalmente, capaz de pasar por todas las posiciones exteriores (en sus inicios ofició bastante como base) o incluso actuar como falso 4. Aparentemente desgarbado, su dominio de las fintas y el bote y una continua evolución en el tiro le otorgaron la condición de jugador total que su gran capacidad defensiva ya auguraba. Es ahí en la comparación con el mito, donde la pérdida de Ramunas cobra su verdadera hondura. Como siempre que hablamos de baloncesto lituano, se antoja necesario recomendar las imprescindibles “Crónicas lituanas” de Juan Carlos Gallego, para, más allá de la historia divergente de Civilis o Marciulionis pararse a reflexionar sobre la evolución de un baloncesto que en los últimos años continua siendo igualmente competitivo (y al que los éxitos de la selección o de los junior de Lietuvos y Zalgiris parecen augurar un gran porvenir) pero que ha perdido alguna de las señas de identidad características como la capacidad de pase o, sobre todo, la impronta de los grandes killers del tiro exterior. Maciulis, Pocius, Kleiza, Redikas…el prototipo de nuevo alero lituano destaca por un físico exuberante un carácter indómito y mayor facilidad para la penetración que para dinamitar desde el exterior. Sea como fuere, queda claro que se va el que probablemente haya sido el mejor alero de Europa en la ultima década y uno de los más claros ejemplos de lo que es un jugador de equipo.

                 CARRERA


Situada prácticamente a medio camino entre Vilnius y Kaunas, aunque perteneciente a este ultimo condado, la pequeña ciudad de Kaišiadorys veía a nacer a Ramunas Siskauskas el 10 de septiembre de 1978, justo unos meses antes de que el Statyba de Vilnius hiciera historia con el tercer puesto liguero (1) superando en su lucha particular a un Zalgiris, que un año después, con Jovaisa a la cabeza, lograría el subcampeonato que auguraba la nueva era (2). Pese al claro ambiente baloncestistico del país, Siskauskas crece rodeado de un entorno más bien futbolístico y tiene su primer contacto con el deporte a través del boxeo. Llamativo por su aspecto físico, con 15 años es invitado a probar con el equipo de baloncesto de su escuela mostrándose como una autentica esponja desde un primer momento. Durante dos años el por entonces desgarbado muchacho, forma parte del Baltija local erigiéndose como una clara referencia desde el inicio hasta el punto que en su primer año se va hasta los 16´5 puntos por partido, media que eleva hasta los 17´3 el segundo. Con semejantes credenciales, el Sakalai capitalino, que dos años antes ha ascendido a la Lkl, apuesta por un joven Siskauskas que ya en su primera toma de contacto seria finaliza la temporada 96/97 con casi 10 puntos por partido y un más que interesante 36% en triples. Las buenas sensaciones del primer año, se multiplican el segundo en el que Siskauskas ya es el líder de un equipo que contra pronóstico termina como segundo en la fase regular, aunque termina cayendo en las semifinales ante el Statyba-Lietuvos. Definitivamente, Siskauskas es un jugador a seguir y ese verano al fin recibe una llamada de la federación pasando a formar parte de la selección que disputa el europeo sub 22 de Trapani, y al que la selección baltica llega como vigente campeona tras el triunfo dos años atrás en Bursa


Algo errático en el tiro, Siskauskas va de menos a más para acabar haciéndose un hueco importante cerrando el torneo con 10 puntos de media. Colectivamente, el torneo no resulta tan exitoso y Lituania cae en los cuartos de final por 73-67 ante una Yugoslavia en la que destacan los 22 tantos de un Igor Rakocevic, que un par de días después encamina a su selección (Jaric, Stanojevic, Milojevic…) al oro con 37 puntos en la final ante la Eslovenia de Lakovic o Brezec. Pese al mal sabor de boca, Lituania presenta un grupo de jugadores de recorrido hasta el punto de que Siskauskas coincide en aquel grupo con jugadores como Songaila, Kaukenas, Slanina o Javtokas con los que habrá de encontrarse en un futuro en la selección absoluta. Tras la vuelta del verano, Siskauskas regresa al Sakalai pero pasado apenas un mes es traspasado a un Lietuvos Rytas que, tomando el relevo del mítico Statyba, aspira a postularse como alternativa al Zalgiris. Para ello el club de “las mañanas lituanas” conforma un equipo en el que destaca la buena mano de Gedraitis y dos apuestas de muy distinto sino: por un lado la de un viejo roquero como Rimas Kurtinaitis y por otra la llegada desde Maryland de Sarunas Jasikevicius. La llegada tardía al club, dilata el debut europeo de Siskauskas hasta Enero, donde su carta de presentación son 22 puntos y 6 rebotes en la victoria ante el Aris de los Lipiridis, Sigalas o Khul (3). Pero lejos de extrañar, la doble ración semanal de partidos, Ramunas ya había dejado muestras de su calidad en una competición domestica en la que terminaba promediando 15´2 puntos con un fantástico 51/122 en triples, ayudando así al nuevo Lietuvos a alcanzar la final ante un Zalgiris que semanas antes había hecho historia en Munich llevándose la final four de la euroliga. Por si fuera poco, entre medias, Jonas Kazlauskas (cuyo hijo Arnas comparte vestuario en el Lietuvos con nuestro protagonismo) convoca a Siskauskas con la selección haciéndole debutar de manera oficial en el último encuentro del preeuropeo. Tras derrotar a una Croacia que llega a Lituania sin Radja ni Komazec (los dos grandes artífices del triunfo croata en la primera vuelta), Lituania llega a la última jornada como segunda de grupo tras Bosnia y por ende con la clasificación para el eurobasket de Francia garantizada, por lo que Kazlauskas decide dar descanso a varios de sus jugadores más importante como Karnisovas o Stombergas. De esta manera, el 27 de febrero de 1999 en Reykiavik, Siskauskas debuta con la selección, y aunque es el jugador menos utilizado (apenas 14 minutos) contribuye con 10 puntos y 5 rebotes en la cómoda victoria (48-94) ante una modesta Islandia en la que solo destaca el gran Herbert Svavar Arnarson (4).

La 99/00 comienza marcada a nivel colectivo por la retirada de Kurtinaitis y la salida de Jasikevicius rumbo al Olimpija de Ljubljana y en lo personal con una lesión de espalda que lastra los primeros meses de competición para el alero de Kaišiadorys. Con todo, el buen momento de Gedraitis y la llegada al equipo de Eric Elliot y Arvydas Macijauskas mantienen al Lietuvos en la estela de sus mejores momentos. Elliot, un base blanco y fornido con alma de anotador llegado tras muchos años en el Plannja sueco, y Macijauskas, un excepcional tirador que llega tras asombrar en el Neptunas, conforman una pareja demoledora por fuera aunque excesivamente débil en el apartado defensivo. En ese aspecto, la vuelta de Siskauskas comienza a elevar el tono de un equipo cuya confianza sube como la espuma hasta el punto de alcanzar las semifinales de la copa Saporta, gracias en buena parte a los 21 puntos del propio Ramunas en la ida de los cuartos. El rival de las semifinales no puede ser más temible, una Kinder de Bolonia vigente subcampeona de Europa y que bajo las ordenes de Ettore Messina presenta un plantel envidiable. Con nada que perder, en la ida el Lietuvos borda una segunda parte de ensueño llevándose a Bolonia una renta de 10 puntos (70-60). Elliot con 18 puntos y Kazlauskas con 14 acaparan los focos ofensivos, pero la verdadera clave del encuentro vuelve a recaer en un Siskauskas que firma 10 tantos, 10 rebotes y que ademas consigue dejar al mismísimo Predrag Danilovic en un pobre 2/16 en tiros. Por si fuera poco, el propio alero serbio se pierde la vuelta con lo que las esperanzas lituanas crecen…y más cuando al descanso llegan tan solo dos puntos abajo (39-37). El despertar ofensivo de Ekonomou (21 puntos, los mismos que Abbio) y Stombergas (19), propician una salida en tromba de la virtus en la segunda parte dando la vuelta a una eliminatoria que Gedraitis y Siskauskas (20 y 19 respectivamente) se niegan a dar por perdida. Finalmente un par de perdidas y el acierto en los tiros libres, terminan dando el pase a la final a los locales por solo dos puntos de diferencia en la eliminatoria (83-71 en el segundo). En la rueda de prensa, Messina se congratula del pase a la final y apunta “nos enfrentábamos a un equipo de mucho talento que es muy posible que en un futuro cercano siga dando mucho que hablar, en especial si puede seguir contando con jugadores de la talla de Ramunas Siskauskas”. Ya en la final, el Kinder habría de caer ante el Aek de Dusan Ivkovic ( Anthony Bowie, Tsakalidis, Koronios, Dikoudis, Muurseep, Chatzis, Kakiouzis…) por 83-76 en lo que bien podría considerarse una revancha de la final de la euroliga 98. Por su parte el Lietuvos, retoma una Lkl en la que afronta los ply-off tras sumar seis derrotas en la fase regular (5 de ellas sin Siskauskas) pero envalentonado por su buen papel europeo. Tras una cómoda serie de semifinales ante el Sakalai, el Lietuvos abre la final cayendo de manera clara ante el Zalgiris (105-83), pero se sobrepone empatando como local (75-70). Con la presión trasladada a los de Kaunas, un final de infarto da el triunfo a los capitalinos en el tercero (82-83) lo que les permite sentenciar el primer título de su historia (70-65) con Siskauskas como mvp de la final, galardón que suma al de mejor jugador de una NEBL en la que el Lietuvos alcanza el subcampeonato, después de caer en la final ante el Cska.

A la emoción del triunfo, Siskauskas une otra más especial y es que, tras las bajas de Karnisovas y Sabonis, Jonas Kazlauskas completa la renovación de la selección y convoca al alero del Lietuvos para su primer gran torneo: los juegos olímpicos de Sydney. Junto al alero del Lietuvos, Kazlauskas apuesta también por otro jugador de la generación del 78: Darius Songaila. Con esta configuración  las expectativas de los bálticos bajan de manera notable. Con todo, en un partido trabado hasta lo indecible, Lituania comienza dando la cara y cayendo por un ajustado 50-48 ante la Italia de Tanjevic, a la sazón vigente campeona europea. Tras la pirrica derrota, el grupo de Kazlauskas se rehace en la segunda jornada derrotando con claridad a Francia (81-63) en un partido en el que Siskauskas ya se hace notar con 10 puntos , para dos días después hacer sudar a los Estados Unidos (Gary Payton, Garnett, Carter, Mourning, Kidd…). Con solo tres puntos abajo al descanso, la buena labor de Songaila en la pintura y la excelsa dirección de Jasikevicius permiten a Lituania disputar el partido de tu a tu, hasta el punto de convertirse en la primera selección que cede por menos de 10 puntos ante una selección Nba (85-76). Ausentes Karnisovas y Sabonis, Jasikevicius se erige en el líder indiscutible de la selección, culminando una temporada fantástica (mvp de la copa eslovena con un Olimpija al que metería en cuartos de la euroliga, eliminado al Olympiacos con un 7/7 en triples en el Pireo) y creciendo según avanzan los partidos. Tras dar la cara ante Usa, Lituania cierra la primera fase imponiéndose a China y Nueva Zelanda, pasando a los cuartos de final como tercera de grupo. En los cuartos, su rival es un viejo conocido, una Yugoslavia (verdugo de Lituania en la final del eurobasket 95, las semis de los juegos 96 y los cuartos del europeo 97) dirigida por Zeljko Obradovic que llega al partido clave sin Danilovic (su máximo anotador hasta ese momento) y como segunda de grupo tras haber caído en la última jornada de la primera fase ante una Canada magistralmente dirigida por Steve Nash (26 puntos, 8 asistencias y 8 rebotes). Con Stojakovic y Bodiroga llevando el peso ofensivo, Yugoslavia planta cara pero en la segunda mitad la magia de Jasikevicius y la solvencia interior de un Einikis pletórico consuman la venganza lituana con un claro 76-63. Por su parte Siskauskas cumple disputando 27 minutos en los que anota 9 puntos con 6/6 en tiros libres.  

En semis, espera el gigante Usa por lo que, pese a la gran imagen ofrecida en la primera fase, ni los más optimistas esperan otra cosa que la certificación de la superioridad de los de Tomjanovich, pero lo sucedido es bien recordado:
http://www.youtube.com/watch?v=8MrNwNVB1TE




Filósofo y escritor, Jean Paul Sartre esta considerado como uno de los padres del existencialismo europeo y se mostró como un firme partidario de la literatura del compromiso. En uno de sus cuentos más famosos, el muro ambientado en la guerra civil española, relata la historia de un miliciano republicano condenado a muerte, que en la noche anterior a su ejecución toma por primera vez una conciencia física de su propia muerte. Su única opción para ser liberado pasa por delatar a sus compañeros, el se niega pero por vivir una noche mas facilita al enemigo una información falsa. La fatalidad, hace que sus aliados temerosos de que los delate, deciden cambiar de refugio huyendo hacia un cementerio. Justo al lugar falso que el reo creía enviar a sus captores. Pero lo relevante de la historia, es que el preso cree que ha mentido y que va a ser ejecutado. Por primera vez, toma verdadera conciencia de que va a morir-"ser hombre es la pasión inútil de ser Dios"- y cuando lo liberan no siente nada. Al haber tomado conciencia de su mortalidad, en cierto modo, ha muerto un poco. Los libros de historia deportiva siempre destacaran la victoria de Argentina en Indianápolis como la primera de una selección NBA, pero independientemente de que aquel tiro de Sarunas Jasikevicius no encontrara el aro (Lituania perdió el partido anteriormente con varios errores infantiles, entre ellos alguno en los tiros libres de nuestro protagonista), aquella fue la primera derrota USA, porque si bien , a diferencia del miliciano, los norteamericanos no tomaron conciencia de su debilidad, el resto del mundo abrió los ojos y al igual que en otro clásico de la literatura popular exclamó que el emperador estaba desnudo…con todo, más allá de la subversiva resistencia baltica, lo mejor estaba por llegar y es que, con un espectacular 89-71 (28 de Stombergas) Lituania suma ante los anfitriones el tercer bronce de su historia.

Tras la experiencia de los juegos, la 2000/01 vuelve a suponer otro paso adelante para un Siskauskas que promedia casi 16 puntos por partido, anota el 50% de sus triples y es elegido Mvp liguero al frente de un Lietuvos que por primera vez en su historia domina la fase regular de la Lkl. Pese a este dominio (30-2 por 27-5 del Zalgiris), los de Vilnius sucumben en el 5º partido de la final cayendo ante los verdes por 74-66. Al margen de la Lkl, la 2000/01, trae para Siskauskas el debut en la máxima competición continental, una Suproliga donde el Lietuvos vuelve a completar un muy buen papel. Tras una primera fase en la que el club de Vilnius logra victorias de prestigio (87-78 ante el vigente campeón, el Panathinaikos de Obradovic o el 87-91 en Siena con 26 puntos de Ramunas), el Lietuvos se juega el pase a los octavos de final en la última jornada ante un Ulker que incluso aspirara a pasar como primero. Pese a ello, los lituanos dan un golpe en la mesa y con un vendaval ofensivo confirman la machada venciendo por un claro 83-99 con 32 puntos de Elliot y 29 de un Siskauskas que además suma 6 rebotes y desquicia a Erdenay con una pegajosa defensa que le deja en su menor anotación en dos años. Ya en octavos, el rival es un poderoso Efes Pilsen (Mulaomerovic, Drobnajk, Besok, Onan, Tunceri, Arslan, Okur, Peker, Scepanovic…) que  llega tras disputar la final four del año anterior y que, pese a morder el polvo en Vilnius (73-69 con 20 de Siska), termina encarrilando su camino a su segunda final four venciendo en el tercero por un claro 86-67.

Pese al enorme éxito del bronce en Sidney, la carrera en la selección de Kazlauskas tocaría a su fin tan solo un año después tras un decepcionante eurobasket de Turquia. Tras vencer en los dos primeros encuentros, Lituania caía en el tercer acto ante Francia viéndose obligada a jugar el cruce de repesca ante sus vecinos letones que terminaría por convertirse en uno de los partidos más duros de la historia para los seguidores lituanos. Erráticos y fríos desde el inicio (7/29 en triples con 0/7 para Jasikevicius), los de Kazlauskas eran incapaces de frenar la hemorragia de una Letonia especialmente atinada (14/22 desde el 6´25 con 25 puntos para Bagatskis) quedándose fuera del mundial del año siguiente. Las criticas son feroces, aunque en el caso de Siskauskas su buen papel a nivel individual (segundo máximo anotador del equipo) le resguardan un poco de la avalancha. De vuelta al Lietuvos, la nueva temporada trae una novedad importante para el club rojiblanco con el fichaje de un Jonas Kazlauskas, que pese a la decepción del eurobasket llega avalado por haber conseguido la primera medalla de oro del país tras su independencia (en el europeo junior de  Tel Aviv´94 http://tv.delfi.lt/video/hX8knhVi/ ), el papel en los juegos de Sydney, por el doble triunfo europeo con el Zalgiris del 98 y 99 y, sobre todo, por haber defendido la camiseta del Statyba durante casi tres lustros, siendo parte de aquel grupo de la 78/79 que logra el histórico tercer puesto en la liga de la Urss, superando al Zalgiris y quedando tan solo por detrás del Cska de Moscú y el Stroitel de Kiev. Bajo la dirección de Rimantas Endriajaitis y con una plantilla en la que figuraban jugadores como Andriunas, Urba, Balocka, Daugela, Deimantavicius, Rimas Griskis o Algimantas Pavilonis:



El comienzo de la temporada es ligeramente decepcionante ya que el Lietuvos se ve apeado de la reunificada euroliga al caer en la eliminatoria previa ante un KK Split. La derrota ante la antigua Jugoplastika lleva a los de Vilnius a jugar la Copa Saporta donde completan una primera fase impecable en la que terminan como lideres de grupo con un balance de 9 victorias y una derrota. La casualidad dispone que en octavos de final el rival sea un Kk Split, quien tras eliminar al Lietuvos había caído en la última criba previa a la fase de grupos de la euroliga. La venganza no puede ser más contundente y el Lietuvos sentencia ya en la ida venciendo en la bella ciudad de Diocleciano por un claro 67-100, en un partido donde por parte local solo Ukic y Zizic alcanzan los dobles dígitos en anotación, mientras que en los de Kazlauskas su trío de aleros lo borda con 18 de Macijauskas, 16 Kaukenas y 15 de un Siskauskas que no bajaría de los 10 puntos en ningún partido. En cuartos de final, el Lietuvos vence en la ida por 88-90 al Hapoel, pero en la vuelta el exceso de confianza y un imparable Tapiro echan al traste las ilusiones de un Lietuvos en el que solo Siskauskas (22 puntos y 10 rebotes) esta a su nivel habitual. Pese al ligero revés europeo, la reacción no se hace esperar y el Lietuvos hace historia llevándose la NEBL (en una edición en la que llegan a participar 31 equipos de 19 países europeos incluyendo al Cska, Maccabi, Fenerbahce, Aris…), imponiéndose en la final (la final four se disputo en Vilnius en medio de un espectacular ambiente) a un Ural Great por 79-74 (http://www.ural-great.ru/season2001/eng/nebl0102/stat2404.shtml )  .Un equipo ruso que pocos días después  sumaría su segunda liga rusa consecutiva en el único paréntesis a la triunfal marcha del Cska hasta nuestros días.

http://www.youtube.com/watch?v=VWBryQ4zA1Q

El equipo de los Urales había certificado su primera plaza en la fase regular venciendo en Moscú al Cska (Giricek, Turckan, Wolkovinski, Padius, McCants, Fettisov, Domani…) por 99-105 y acabaría por certificar esa segunda corona, venciendo en el cuarto partido de la final al imponerse al Unics por 88-93: ( http://www.ural-great.ru/season2001/eng/sl0102/stat2206.shtml )

En cuanto a la Lkl, el Lietuvos impone también su ley dominando la fase regular con un espectacular balance de 31-1 y logrando adelantarse en la final, la primera en la historia que se juega a siete partidos, por 3-1 ante el Zalgiris. Pero con todo listo para la fiesta local, los de Kaunas asaltan Vilnius en el quinto partido imponiéndose por 81-97 con 20 puntos de Salenga, para a continuación forzar el séptimo partido venciendo en su pista por 72-62. Los nervios cambian de bando e incluso surgen voces que apuntan a un Siskauskas que apenas ha promediado 7´5 puntos en ambas derrotas. Finalmente, en lo que probablemente siga siendo el partido más grande de la historia de la competición lituana, el Lietuvos consigue amarrar el segundo título de su historia venciendo, tras prorroga, por 86-78. Macijauskas con 31 puntos se erige como máximo anotador, mientras que Siskauskas responde a las criticas firmando un partido espectacular asumiendo la responsabilidad en los momentos clave y terminando con 25 puntos, 10 rebotes y 4 asistencias. Como muestra de dureza mental, los 25 tantos de Siskauskas son su máxima anotación de la campaña a nivel domestico superando los 23 que había conseguido…en el primer partido de la final.





Tras el espectacular 2002, Siskauskas aun disputaría dos temporadas más en el Lietuvos. A nivel individual, la 2002/03 supone su tope anotador (tanto de media como de tope en un partido: 33 ante el Zalgiris: http://www.lkl.lt/rungtynes/1/2002-2003/20021102/lietuvos-rytas-zalgiris/ )aunque a nivel colectivo el Lietuvos se tiene que conformar con sendos subcampeonatos. La perdida de jugadores como Javtokas o Kaukenas, lastra las opciones de un Lietuvos que no obstante en ese primer año pos doblete, logra el primer puesto de la fase regular con el mismo balance que el Zalgiris. Ya en la final, los de Kaunas llevan siempre la delantera tras vencer en el primer partido en Vilnius. Con 3-1 en contra el Lietuvos salva el primer match ball, logrando imponerse en la prorroga del 5º partido por 103-99 con 16 puntos de Siskauskas y 26 de un Macijauskas que se lesiona en la parte final. La baja del escolta resulta letal y el Zalgiris no pierde la ocasión de recuperar el título de la mano de un gran Stombergas. La 2003/04 no tiene color con un Zalgiris que solo pierde un partido en toda la temporada (llegan a anotar 146 puntos en un partido y pasan de los 100 en otras 14 ocasiones: ) y que se lleva la final por un claro 4-0 con un 70-88 en el definitivo pese a los 20 puntos de Siskauskas. La espectacular vuelta de Sabonis a las canchas, corona a un equipo con jugadores de la talla de Tanoka Beard, Ed Cota, Darjus Lavrinovic, Miroslav Beric, Bagatskis, Salenga, Timinskas…hasta el punto que solo el milagro de Sharp les aparto de la final four: http://www.youtube.com/watch?v=ASBdsLB5mC4

En cuanto al papel europeo, en 2003 el Lietuvos disputa la maratoniano fiba cup, cayendo en la final de la conferencia norte ante el Unics por 93-90 , para posteriormente caer en la fase pan-europea después de perder por 70-71 ante el Hemofarm. Siskauskas con 20 puntos se queda muy solo ante el mal día en el tiro de Macijauskas, lo que permite al club serbio pasar ronda de la mano de Bogovac y Darko Milicic (acabarían cayendo en las semifinales ante el futuro campeón: el Aris de Solomon y el ex Gijón Ryan Stack). En la temporada siguiente, el Lietuvos disputa la exigente Uleb cup donde tras una muy buena primera fase, consigue acceder a los cuartos de final al derrotar a u Lukoil Akademic que en el partido de vuelta se ve impotente ante los 26 puntos de nuestro protagonista. Finalmente, en la antepenúltima ronda, la victoria en Vilnius es insuficiente y el Lietuvos cae de nuevo ante un Hapoel, que con Solomon al mando terminaría por llevarse el premio gordo venciendo al Madrid en la final.

Pese a no levantar ningún titulo esas dos temporadas resultan claves en la carrera del “Pippen del báltico” entre otras cosas, por el glorioso papel de la selección. Fuera del mundial 2002 tras el fracaso en Turquia, la llegada de Sireika a la selección coincide con el momento de madurez de Siskauskas y Jasikevicius, el estrellato de Stombergas y la irrupción de un Macijauskas que acaba por completar un plantel exterior espectacular. Ajenos a la atención mediática, los de Sireika finalizan primeros de grupo con un balance de 9-1, varios marcadores centenarios y una doble victoria ante Turquia altamente esclarecedora. A nivel individual, Siskauskas se va hasta los 17´4 puntos por partido siendo el máximo anotador del cuadro báltico y volviendo a mostrar su regularidad al no quedar nunca por debajo de los 10 puntos. Ya en el eurobasket de Suecia, Lituania es asignada a la sede de Norkokoping debutando frente a Letonia, en un partido marcado por el recuerdo de lo sucedido dos años atrás en Turquia. Con los letones de nuevo muy acertados en el tiro exterior y bajo una excelsa dirección de Robert Stelmahers, solo un mate de Aurelijus Zukauskas consigue forzar un tiempo extra en el que Lituania sobrevive gracias a dos tiros libres finales de Jasikevicius que colocan el definitivo 92-91. El propio Sarunas con 20 tantos es junto a Macijauskas (22) y Siskauskas (18) el sostén de un equipo que con el susto en el cuerpo se libera para completar la primera fase con dos victorias cómodas ante Israel y Alemania, superando en ambas de nuevo los 90 puntos. En el plano individual, Siskauskas destaca especialmente ante los teutones, anotando 19 tantos y emparejándose por momentos con un Dirk Nowitzki al que consigue minimizar.

Ya en Estocolmo, un lugar cuya belleza se revela como escenario ideal para lo que esta por venir, Lituania prepara un cruce de cuartos ante una Serbia&Montenegro que estrena nombre (hasta el año anterior aun competía como Yugoslavia) y que, pese a ser la vigente campeona del mundo, se presenta en Suecia con un equipo en el que faltan jugadores como Bodirogao o Divac claves el año anterior en Indianapolis. Tras una mala primera fase y un cruce agónico ante Turquia, la selección que dirige Vujosevic se presenta en los cuartos con la baja de un Stojakovic clave en su estructura. Tras una primera parte de escándalo donde el equipo de Sireika borda el basket ofensivo, Lituania sentencia el partido, venciendo por 98-82 y teniendo a Ramunas como máximo estilete gracias a sus 27 tantos

A nivel individual, sus dos siguientes partidos son más discretos, pero tras sufrir ante la Francia de Parker, el festival ofensivo reaparece en la final ante España y Lituania se cuelga el tercer oro de su historia. Jasikevicius y Stombergas son elegidos en el quinteto ideal del torneo, pero el papel de Siskauskas resulta innegable siendo el segundo mejor del equipo en anotación (14´8), rebotes (4´7) y asistencias (1´7).




Tras el oro en el europeo, los juegos de Atenas se presentan como una nueva ocasión para el brillo lituano. Los bálticos comienzan de nuevo sufriendo para lograr un exiguo triunfo ante Angola (73-78)en un flojo partido de un Siskauskas que en el segundo acto se resarce anotando 23 puntos ante un Puerto Rico que, tras vencer en el debut a Usa, cae por 98-90. Por si alguien duda que Lituania esta de vuelta, en el tercer acto el conjunto báltico destroza a la anfitriona por 98-76 con 25 tantos del de Kaišiadorys. Con todo el éxtasis, llega en el penúltimo partido de la primera fase donde una fabulosa racha final de Sarunas Jasikevicius da la vuelta al partido frente a Usa, cerrando la herida de Sydney. Tras cerrar con tranquilidad ante Australia (100-85), Lituania vive un placido cruce de cuartos ante China (95-75) entrando por cuarta vez consecutiva en las semifinales de unos juegos donde empiezan a convertirse en favoritos junto a una Argentina que vuelve a cargarse a Estados Unidos. Victimas de ese favoritismo y en medio de un extrañísimo, loco y maravilloso partido, Lituania pierde una ocasión histórica cayendo en la semifinal ante una Italia en la que Basile anota 31 puntos con siete triples. En la consolación, Lituania anota la friolera de 21 triples que aun así resultan insuficientes para derrotar a unos Estados unidos que completan su mejor partido del torneo.



A partir de aquí, la carrera de Siskauskas entra en su versión más conocida, comenzando por su fichaje por la Benetton que dirige el mismo Messina al que maravillaba cinco años antes. El debut de Siskauskas tiene lugar en la supercopa cayendo ante la Fortitudo por 84-75, derrota que se repite en el debut liguero al caer los de Treviso en su feudo ante el Napoli por 75-79, en un partido que no obstante deja clara la calidad del lituano que en una gran serie de tiro se va hasta los 31 puntos. Poco a poco, la Benetton se va engrasando y en febrero se lleva la “coppa” al derrotar en la final al Reggio Emilia por 74-64. En cuanto al competición liguera, la buena marcha tiene continuidad y los del veneto terminan como líderes de la fase regular y Siskauskas como su máximo anotador. Tras derrotar al Napoli por un claro 3-0 en cuartos, el Benetton sufre su primer gran revés al caer en el quinto partido de su semifinal ante el Milano por 57-61, en un encuentro donde los 18 puntos de Siskauskas son un oasis. La eliminación como local, resulta un reflejo de lo sucedido en Europa, donde la Benetton tras un buen año cae en la eliminatoria de cuartos pese a contar con el factor pista a su favor. Con la serie programada al mejor de 3 encuentros, los de Treviso se ven sorprendidos en el inicio por un espectacular Tau Vitoria que de la mano de un excelso Scola (34 puntos con 15/16 en tiros de 2) se lleva el encuentro por un contundente 59-98, rememorando así su cara a cara del año anterior  en donde los baskonistas ya habían sido capaces de ganar en el Palaverde (92-99 con 48 de valoración para un Nocioni que firmaba 36 puntos y 15 rebotes).  En el segundo acto, el partido resulta mucho más cerrado y los de Messina consiguen llevar el control del encuentro durante gran parte del mismo, hasta que dos triples en el tramo final de Prigioni llevan a los baskonistas a la primera final 4 de su historia (en 2001 habían sido subcampeones con formato play-off).
Pero más allá, del agridulce tramo final, la temporada resulta clave en el devenir de la carrera de un Siskauskas que no solo lidera a los de Treviso en el aspecto anotador, sino que es capaz de dar un salto cualitativo en su carrera. Tras llegar a la lega como un escolta con capacidad para jugar de base (sobre todo en la selección), Messina sitúa al ex del Lietuvos como alero, dotando de versatilidad a su línea exterior y consiguiendo que su buena predisposición defensiva tape las carencias en cuanto a centímetros, ganando así un mayor grado de circulación de balón y una nueva amenaza exterior.


En verano, como viene siendo habitual en los eurobaskets pre mundialistas, la selección lituana comprueba como se acumulan el número de ausencias, siendo las más destacadas en esta ocasión las de Jasikevicius, Macijauskas, Stombergas o Aurelijus Zukauskas. En esa tesitura, Siskauskas queda como único referente claro, pese a lo cual Lituania consigue ser líder invicta de grupo derrotando por diferencias superiores a los 10 puntos a Turquia, Croacia y Bulgaria. El sueño se ve finalmente cercenado en cuartos, donde una Francia liberada tras eliminar a los anfitriones da un clinic de intensidad dejando a la tierna Lituania en unos pobres 47 puntos. Tras el lógico disgusto, la joven selección da la cara y vence a Rusia y Eslovenia, cerrando el torneo como quinta clasificada con una sola derrota y logrando así el billete para el segundo mundial de su historia. A nivel particular, Siskauskas lidera al equipo en puntos (7º del torneo) y en asistencias (9º del torneo) y todo ello con el mejor porcentaje de triples de todo el eurobasket gracias a un espectacular 15/23, solo superado por el 16/23 de Drazen Petrovic en Zagreb 89 y por el 10/12 de Kukoc en Roma´91.

Con David Blatt sustituyendo a un Messina que se va a Moscú, el Benetton arranca la 05/06 llevándose la supercopa al vencer por 76-73 al Napoli de Greer. La llegada de Drew Nicholas y Nicos Zisis, rearma un perímetro en el que no obstante Siskauskas sigue siendo la principal referencia ofensiva, liderando de nuevo a los italianos en anotación con casi 16 puntos por partido. En Europa el equipo da un paso atrás, quedándose fuera de los cuartos de final tras un cuádruple empate en el grupo del top 16. En Lega, tras lesionarse en el tercer partido de los cuartos de final, Siskauskas reaparece en el quinto para con 11 puntos consumar ante el Milan el desquite de la semifinal del año anterior…ronda que este año es superada tras vencer en cuatro partidos a una Lottomatica que en el cuarto envite sucumbe por 73-81, victima en especial de nuestro protagonista autor de 22 puntos para 36 de valoración. En la final, el Benetton se ha de enfrentar a una Fortitudo que llega como vigente campeona y, a su vez, como mejor equipo de la fase regular. El equipo de Blatt, comienza sorprendiendo en Bolonia por 69-77 (19 puntos y 28 de valoración para Siska) y abriendo hueco en Treviso (88-82 con Siska, Zisis y Bargnani anotando 17 puntos frente a los 25 de Becirovic). Ya en el tercer acto el lituano vuelve a ser el mejor con 22 tantos, pero los verdes dejan escapar la posibilidad de certificar su quinto título en el último momento cayendo por 73-72, pero ya en el cuarto y como locales, consiguen cerrar la serie con un agónico 69-68 en el que los 18 puntos de Siskauskas vuelven a ser la mejor marca local y sirven como aval a un más que merecido Mvp de las finales.


Tras descansar en verano por primera vez en siete años, Siskauskas da el salto a la liga griega de mano de un Panathinaikos al que la  designación de Atenas como sede de la final four ha espoleado a moverse en el mercado. Pese a las bajas de Spanoulis y Lakovic, Obradovic consigue crear un bloque compacto con un buen juego interior y un espectacular perímetro en el que Diamantidis y Siskauskas se combinan con una tercera pieza (Hatzivretas, Becirovic, Vujanic o Delk) para crear una cascada de peligros y cambios de rol altamente difíciles de defender. A nivel domestico, el primer título llega con la copa donde el modesto Ago Rethymnou vuelve a la realidad cayendo por un contundente 48-87, mientras que el doblete se convierte en realidad tras una durísima final ante el Olympiacos, en la que el conjunto de Obradovic solo puede respirar tras imponerse en el quinto encuentro por 79-72, en un encuentro en el que Siskauskas firma 12 puntos, 5 rebotes y 4 asistencias, siendo de largo el jugador más utilizado por Zeljko Obradovic. Con todo, el gran momento del año llega en la final four de Atenas, donde tras sufrir ante el Tau, el Panathinaikos logra su cuarta copa de Europa en un partido memorable ante el cska resuelto por un ajustado 93-91 y donde la figura de Siskauskas emerge de nuevo en todo su vigor (20 puntos y 30 de valoración), contribuyendo al primer triplete de la historia del club verde (en 1996 el Olympiacos se llevaba la liga y el Aek sería el obstáculo en la copa de 2000 y la liga de 2002). Pese al éxito colectivo, Siskauskas decide cambiar de aires y aceptando una espectacular oferta económica se muda a Moscu para reencontrarse con Ettore Messina en un proyecto destinado a recuperar la euroliga.



 
Entre medias, Siskauskas vuelve a la selección para disputar el eurobasket de España con la intención de clasificarse para los juegos de Beijing. Con Jasikevicius acusando problemas físicos en los aductores, Siskauskas se erige en el líder de una selección que se planta invicta en las semifinales (tras derrotar a la otra invicta Eslovenia (http://passandgo.blogspot.com.es/2007/09/lituania-eslovenia-basket-total.html) en la sexta jornada y a Croacia en cuartos), donde una Rusia liberada tras su agónico cruce de cuartos pone tierra de por medio 24-8. Lastrados por el mal inicio, los lituanos se encomiendan a un Siskauskas que entabla un espectacular duelo con Kirilenko llegando a empatar el partido. Finalmente el cansancio y el desquiciamiento por lo que entienden como un arbitraje parcial, les cuesta el partido a una Lituania donde Siskauskas firma pese a todo un partido memorable en el que anota 30 puntos y deja para el recuerdo un mate y una sucesión de triples realmente memorables. Pese al palo de la derrota, Lituania reacciona y logra certificar su billete olímpico sumando el bronce ante una Grecia a la que derrota por 78-69. Cumplido el objetivo colectivo, Siskauskas, que ha liderado a la selección en puntos y robos de balón amen de ser el segundo mejor pasador, es elegido para formar parte del quinteto ideal del torneo.


http://www.youtube.com/watch?v=BAXHCes5wcs

Con el Cska, Siskauskas ahonda en su consolidación como estrella a nivel europeo firmando de inicio las que quizás sean sus dos mejores temporadas a nivel profesional. En la 07/08, el Cska arranca la parte crucial de la temporada perdiendo la final copera ante un Khimki liderado por un gran Macej Lampe (23 puntos y 13 rebotes), pero el primer gran susto llega en la euroliga. En el inicio del top 16, un triple de Langdon salva a los moscovitas de caer derrotados ante la Lottomatica en Moscú, cultivando una preocupación que aumenta tras ser derrotados en Málaga. En el inicio de la segunda vuelta, los 25 tantos de Siskauskas ponen las cosas en su sitio ante los romanos y el Cska pasa como primero…pese a lo cual, pierde su primer partido de cuartos  ante el Olympiacos victima de un triple de Greer sobre la bocina. En el Pireo, en un todo o nada, los de Messina comienzan con desventajas de hasta 10 puntos, pero de la mano del lituano (20 puntos y 4 triples) devuelven la serie a Moscú, donde Siskauskas con 24 puntos (5/6 en triples) vuelve a ser decisivo. Ya en la final four de Madrid, Siska es el máximo anotador del equipo en una dura semifinal ante el Baskonia de Spahija para culminar su segunda euroliga consecutiva con 13 puntos en la final. En un equipo en el que conviven jugadores de la talla de Holden, Papaloukas, Smodis, Langdon o Andersen, Siskauskas consigue emerger y es elegido como Mvp de la temporada en una de las mejores euroligas de la historia reciente. Para culminar el año, el Cska se venga de la derrota copera endosando un 3-0 en la final liguera a un Khimki impotente.

http://www.youtube.com/watch?v=_Dn97JNV31k

En verano, Siskauskas participa en sus terceros juegos olímpicos lastrado por unas pesadas molestias en su rodilla izquierda, pese a lo cual contribuye al buen papel de una Lituania que alcanza de nuevo en las semifinales. Tras debutar venciendo a la vigente campeona Argentina, los bálticos aseguran la primera plaza de su grupo cayendo tan solo en la ultima jornada en un partido intrascendente ante Australia. Como cuatro años antes, en cuartos vuelven a superar a China, que en esta ocasión se convierte en un rival especial al estar dirigida por Jonas Kazlauskas. Ya en semis, España acaba por ser la verdugo de una Lituania muy quejosa con el arbitraje, en un partido vibrante y que solo se decide en el tramo final. Sin embargo, en la lucha por el bronce, el conjunto de Ramunas Butautas (su padre Stepas se había llevado como jugador la plata en los juegos de Helsinki) se desinfla y pese a la baja de Ginobili cae ante una Argentina mucho más metida en el choque.


De vuelta a Moscú, Siskauskas mantiene el nivel de la temporada anterior en un Cska que pese a perder a David Andersen, encuentra en Erazem Lorbek un perfecto sustituto. Como la temporada anterior, el Cska se queda sin la copa al caer en las semifinales ante el Unics Kazan, aunque como mal menor Siskauskas se despide en la consolación anotando 24 puntos al Triumph. En Europa, el Cska comienza dando muestras de irregularidad, pero con el paso de los meses van encontrando su línea ganándose con solvencia una plaza en la final four de Berlín. En la semifinal, los moscovitas se ven sorprendidos de inicio por un Barcelona muy acertado en el tiro y mucho más intenso en el juego, pero la perdida de poder ofensivo tras las rotaciones catalanas y el despertar de Siskauskas dan la vuelta a un partido, en el que el lituano acaba firmando 29 puntos en poco más de 24 minutos. Favoritos tras el mal trago, el Cska ve en la final como por enésima vez Zeljko Obradovic sorprende a Messina, dirigiendo a un Panathinaikos que, tras una asistencia de Jasikevicius, cierra la primera parte con 20 puntos de ventaja. Una ventaja, que incluso se ve incrementada en la segunda parte, pero que gota a gota el Cska va recortando. El final es de sobra conocido, con el éxtasis agónico griego tras tener el propio Siskauskas el (forzado) tiro que podía cambiar la historia. De vuelta a Rusia, el Cska, que en semis se había vengado del Unics, abre la final sufriendo ante el Khimki (80-74) pero saliendo airoso gracias en buena parte a los 26 tantos de Ramunas. Tras arañar el Khimki un triunfo, la serie se cierra con un claro 45-78 en el cuarto encuentro.

http://www.youtube.com/watch?v=HREHAdqkU0c

Tras anunciar que se retira de la selección, la temporada 09/10 comienza en Moscú marcada por la salida de Ettore Messina así como por un aparente debilitamiento de la plantilla que se agrava tras la lesión de un Matjas Smodis que termina por perderse más de media temporada. Pese a estos contratiempos, el Cska recupera, dos años después, el título copero  venciendo en la final al Unics por 80-74y contando con el alero lituano como Mvp. En la euroliga, el Cska consigue repetir presencia en la final four llevando a su terreno la semifinal ante el Barcelona, pero cayendo finalmente por 64-54 pese a los 19 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias de Siskauskas. La temporada se cierra con dos nuevos títulos, venciendo en la final de la VTb al Unics y en la liguera de nuevo al Khimki, en esta ocasión por 3-0 y con 29 puntos (10/10 en tiros de 2) para un Siskauskas absolutamente decisivo.


Pese al buen papel de Pashutin, la directiva moscovita apuesta por Dusko Vujosevic como nuevo técnico pero tras unas primeras semanas ilusionantes, con victoria incluida en Usa, el montenegrino vuelve a presentar sus habituales síntomas de incomunicación (5)introduciendo al Cska en una dinámica tan negativa que le lleva a quedar fuera del top 16. Tras una solución interina, la llegada de Jonas Kazlauskas endereza el rumbo del equipo, apostando por el papel de jugadores como Shved o Vorontsevith y logrando sumar un nuevo título liguero, del que Ramunas apenas disfruta ya que se pierde el tramo final de la temporada debido a una lesión. Llegamos a la ultima estación, y nos encontramos a un Siskauskas que años después vuelve a partir como escolta titular y que forma parte de uno de los equipos que mejor baloncesto han practicado en muchos años a este lado del charco. Dos nuevos títulos se suman al palmares de un Siskauskas que pese a su bajada de rol aun es el segundo máximo anotador del equipo en la final de la Vtb o en el segundo partido de la final liguera. Habrá quien recuerde los dos (malditos) tiros libres que pusieron el colofón al desquiciante tramo final moscovita en la final de Istambul, pero no es ahora el momento porque el señor Ramunas Siskauskas se va y con él, toda una forma de entender este deporte, pausada, completa al estilo de esos grupos que carecen de grandes singles peor firman álbumes redondos…Ačiū!!!!



(3) Koul protagonizó en su día una de las historias más curiosas que el siempre peculiar mundo de los agentes propició. Gracias a sus 2´13 y su contundencia en la zona, Koul se hizo pronto un nombre en Bielorrusia lo que le abrió las puertas de la NCAA. Por si fuera poco, el sorprendente triunfo bielorruso en el europeo sub 22 de 1994, tras deshacerse en semifinales de España, con Lucio Angulo, Santos, Lasa o Galilea y a la que remontaban 20 puntos en la segunda parte, y en la final de Italia, y su gran actuación individual dos años después (16 ptos 7´6 reb) llamaron definitivamente la atención de los scouts europeos. De tal manera que al finalizar su periplo en George Washington, donde fue compañero de Antxon Iturbe, Koul tenía sobre la mesa unas cuantas ofertas interesantes lejos de Minsk, aunque finalmente se decantaba por la aventura turca, firmando con el Turk Telekom. Ajenos al fichaje, el Aris de Salónica contactaba con su agencia de representación que ni corta ni perezosa ofrecía al conjunto griego los servicios de “otra joya” el alemán Alexander Khul , de similar estatura y que también había pasado por la NCAA pero mucho más limitado como jugador, sin que los gestores del club amarillo se percataran de la situación hasta que no habían transcurrido las primeras semanas de la pretemporada. Pese a que el Aris, mostró su indignación a la FIBA, nada pudo hacer ya que el contrato que sus gestores habían firmado especificaba claramente a quien habían firmado, que no era otro que Khul. El alemán apenas duro en el Aris pero consiguió proseguir su carrera en diversos clubes de primer nivel (Cantu, Limoges...) aunque siempre con un nivel discreto y la duda de si realmente le querían a él o a su gemelo bielorruso. Por su parte, Koul completó una buena temporada en el Telekom, con algún momento brillante en la copa Saporta (35 puntos al MZT Skopje), pero tampoco consiguió asentarse y comenzó una carrera de autentico nómada europeo, que en un último guiño le llevo al Aris en 2006, con el que se proclamó subcampeón de la copa ULEB, antes de dar el salto a la liga chipriota e iniciar así un vagabundeo que ha terminado en su Minsk natal donde espera asentar a su equipo más allá de las fronteras nacionales.

(4) Excelso tirador de trata sin duda uno de los grandes jugadores islandeses de finales de los 90, y uno de los primeros en hacer carrera fuera de su pais, en especial en Holanda, donde incluso llego a participar en competiciones europeas con el Mpc Donar (cayendo en la Korac del 2000 ante la revelación de torneo: el AB Vacallo de Lugano donde destacaban jugadores como Mujezinovic, Lisicky, Mathews o Ivan Opacak.


(5) http://laesquinadesunara.blogspot.com.es/2011/08/eurobasket-11-montenegro.html (ver la parte “El asistente)

lunes, 14 de mayo de 2012

In Kazlauskas we trust


Veinte años después, Istambul ha vuelto a hacer gala de su preciada condición de ciudad mágica dando cabida a una nueva final four decidida con un tiro en el último segundo. Si hace dos décadas era el inolvidable triple de Aleksander Djordjevic el que cerraba una gran final, el domingo era una canasta de Giorgios Printezis al más puro estilo Eliyahu, la que ponía el colofón a una de las finales más extrañas de la historia del torneo. Aferrados a una fe, convencimiento y autoestima envidiables, el Olympiacos de Dusan Ivkovic sumaba la segunda euroliga de su historia con las mismas credenciales que le habían permitido asaltar el Palaverde sienes y lo hacía además, remontando 19 puntos en poco más de un cuarto a un Cska considerado casi de manera unánime el gran favorito. La gesta helena cobra mayor realce comprobando la diferencia en la configuración de la plantilla frente a temporadas recientes. Tras 15 años  de sequía, que a nivel nacional solo han parcheado tres copas, el club del Pireo lograba alcanzar la gloria de nuevo de la mano de un Dusan Ivkovic convertido en el entrenador más longevo en lograr el título y a la par en el haberlo conseguido tras un mayor intervalo de tiempo, superando así los 11 años que separaron los títulos del 60 y el 71 de Aleksander Gomelsky con el Ask Riga y el Cska Moscú. Junto al técnico serbio, el otro gran triunfador resultaba ser un Vasilis Spanoulis que se unía a la selecta lista de jugadores que han logrado el Mvp con dos equipos distintos y que hasta el domingo se reducía a los nombres de Toni Kukoc y Dejan Bodiroga. Disputando el tramo final con dos pivots tan humanos como Hines y el otrora repudiado por Unicaja Printezis y contando con la mejor versión de un Kostas Papanikolau que despachaba el mejor partido de su carrera (incluso lanzando con solvencia desde fuera) confirmando la sensatez de la apuesta rojiblanca por la generación noventera (Sloukas, Mantzaris, Katsivelis…) no resulta extraña la ola de entusiasmo y admiración que el título griego ha despertado en un publico siempre anhelante de grandes historias de superación y que muy pocas veces podrá vivir otra de tal magnitud. Por si fuera poco, enfrente quedaba un Cska que en un momento del tercer cuarto pareció lanzar las campanas al vuelo, pecando de cierta autosuficiencia. En el camino se queda el ciclotímico partido de un Milos Teodosic tan capaz de dinamitar la primera mitad con tres triples consecutivos como de desquiciar a propios y extraños con un tramo final impropio de su clase. Queda también la extrañeza de ver fallar en el momento clave a Siskauskas, y de la poca participación ofensiva de Krstic o Kirilenko. Quizás podrían apuntarse algún que otro error de dirección de Kazlauskas o apelar al bajo estado físico de un Khryapa, quien para un servidor es tan importante en el funcionamiento colectivo del Cska como el propio Kirilenko… pero en cualquier caso, la sensación colectiva palpitaba más en el elogio de la gesta y en la exaltación de un grupo de jugadores al que ya se les atribuyen características cuasi espartanas. Sin duda, la metamorfosis de este Olympiacos es, más allá de su épico triunfo, altamente admirable, pero ello no debería llevar al error de considerarlo como ejemplo a seguir.



Y es que, sin restar ningún merito a los dueños de La paz y La amistad, lo cierto es que la que se presumía como la final four más espectacular de la historia reciente, termina presidida por una imagen más que preocupante en la que en ninguno de los tres partidos decisivos equipo alguno ha alcanzado los 70 puntos. Es cierto, que habitualmente la tensión de las grandes citas tiende a encoger los ánimos y limitar las alegrías, pero tras unos años de bonanza estilística, el fantasma del basket-control parece volver a planear sobre la vieja Europa. Motivos pueden encontrarse muchos, desde el alejamiento de la línea de tres puntos que lejos de aumentar los espacios ha tendido a reducirlos por la falta de cintura de no haber acompañado la medida con un ensanchamiento de las medidas de la pista, acordes al enorme desarrollo físico de los jugadores. También se podría apuntar hacia unos arbitrajes altamente proteccionistas en la señalización de pasos y dobles y sin embargo tan laxos en la penalización del uso de las manos…pero entre todos los aspectos, el más preocupante sea el táctico. Es cierto, que la continua fagocitacion de la Nba ha propiciado una importante merma del talento individual en una Europa cuyas caras más reconocibles son en buena parte las mismas del último lustro, pero no es menos real que cada vez vuelve a ser más común el ideario de equipo consistente en amasar el balón para entregarse a las soluciones individuales…frente a defensas cada vez más preocupadas en colapsar el centro de la zona y menos en mostrarse agresivas en las líneas de pase, dejando todo atisbo de agresividad en pos de contestar el rebote ofensivo o en definitiva tratar de cercenar el más mínimo impulso de correr por parte del rival.

¿Tiene la culpa de esto Dusan Ivkovic? Evidentemente no. ¿Podría haber jugado el Olympiacos de otra forma? Idéntica respuesta y para nada pretende ser el objeto de este post el más mínimo intento de cuestionar el merecimiento (casi heroico) del triunfo del club portuario. Pero frente a ese merecimiento, anida un peligro latente, aquel en el que la corriente se mimetiza con el ganador y que en unas pocas horas ya parece haber elevado al club griego a la categoría de ejemplo…algo que la historia reciente alerta como altamente nocivo.

                     ZERAVICA VS NIKOLIC


Huérfanos de literatura baloncestistica en nuestro idioma, la aparición el año pasado de “Sueños robados. El baloncesto yugoslavo” de Juanan Hinojo, conformo una de las grandes noticias editoriales en muchísimo tiempo. Obra compleja, vasta y casi imprescindible, “Sueños…” es mucho más que un tratado histórico sobre el baloncesto en la antigua Yugoslavia y bien podría ser el códice explicativo con el que interpretar buena parte de la historia de nuestro deporte a este lado del charco. De entre sus muchas virtudes, la compleja explicación de las distintas corrientes baloncestisticas es quizás su mayor hallazgo, fruto de años de investigación, entrevistas y revisión de cientos de partidos. Y es que, puestos a reducir (se recomienda leer el libro fervientemente) muchas cosas se podrían explicar con la muy distinta forma de entender el mundo de la canasta de Ranko Zeravica y Aza Nikolic. Aunque un servidor se encuentre mucho más cercano a los postulados de quien hiciera campeona del mundo a Yugoslavia en el 70, no se puede obviar que a nivel de resultados los conseguidos por el profesor apenas tienen parangón…aunque el gran problema nunca fue de Nikolic y quizás si de quien fue “más papista que el papa”.

Aunque la nostalgia no lleva a nada y el baloncesto de nuestros días sea francamente superior al desplegado en los años 80, conviene echar la vista atrás a aquella década para empezar a rastrear los inicios del basket moderno. Eran tiempos de grandes cañoneros, de resultados abultados y, tras la final del 83, del paso a un solo representante por país aunque uno de ellos hubiera sido campeón de Europa. Así de esta manera, la Cibona de Zagreb campeona en el 85 y el 86 no podría defender más su corona ya que en el ámbito domestico a su intachable trayectoria en la fase regular no le correspondería igual dominio en los play-off. ¿Fue ese el comienzo? Yo más bien diría que no, pero no cabe duda de que en aquella doble victoria de Djurovic sobre Drazen (simplificando por personalizar una de las historias más fascinantes de la época) hubo una primera señal. La siguiente sería mucho más fuerte, y llegaría procedente de Split de la mano de un antiguo asistente de Zeravica en el Estrella Roja llamado Bozidar y quien tras un primer título liguero marcado por la alegría comenzaría a edificar la primera gran bestia de nuestros tiempos. Resulta redundante hablar de aquella maravillosa Jugoplastika que encadenaba tres títulos de Copa de Europa, pero quizás no sea en balde recordar el asesoramiento de Nikolic y como los de Split logran la gesta con 3 de las 5 menores anotaciones de una final en algo más de 20 años. Quede claro, que aquella era una maquina de jugar al baloncesto, donde el talento estaba al servicio de una idea maravillosa…pese a lo cual uno no deja de pensar en que habría pasado si en aquel primer 89 el alegre Partizan de las transiciones imposibles se hubiera llevado la liga, algo no tan remoto viendo su título en la Korac, la final copera de Maribor en la que vencían a los de Split en uno de los mejores partidos de la década o como días después repetían triunfo  logrando el primer puesto de la regular. Con ojos de hoy en día, aquel Partizan parecía tener más talento pero carecía del rigor de los de Split. La polémica e inconclusa final y la salida a la nba de Divac y Paspalj, corto un debate que con las normas de participación hoy en día bien pudiera haberse extendido a muchas copas de Europa.


Pero nada más lejos de mi intención que acusar al mejor equipo que han visto mis ojos, como tampoco al renovado Partizan que en el 92 tomaba el relevo con Zeljko Obradovic en el banco y la sombra de Nikolic de nuevo planeando. Pero hete aquí que un año después, con las mismas premisas era el Limoges quien lograba la hazaña…totalmente merecida sin duda. Llovieron las alabanzas (merecidas a Boza, Zdoc, Young y compañía) pero huelga decir lo que aquello supuso.




Ahorrare al lector comentar como fueron aquellos años 90 en los que el Kinder se llevaba una copa de Europa venciendo por 58-44 o en los que un Panathinaikos campeón y millonario era incapaz de conseguir llegar a los 40 puntos en un quinto partido de su final liguera. A nivel de selecciones, y salvo el maravilloso oasis de la final del 95, los resultados tomaron los mismos derroteros…hasta que en 1999, en un año también de lock out, el Zalgiris del gran Jonas Kazlauskas devolvió a este juego, que nunca debería dejar de serlo, toda la magia perdida.




 Desde entonces hemos tenido altibajos, pero el Messina que guiaba a la Kinder de los 58 puntos maravillaba en 2001 con un equipo hambriento o ganaba en 2008 atreviéndose a juntar un quinteto formado por Holden, Langdon, Siskauskas, Smodis y Andersen. Claro que Messina también podía ser superado y Obradovic, parte del eje del mal en los 90, lo hacía ganándole en su casa en la para mi mejor final four de la historia (2002) a base de jugar con cuatro pequeños, metiendo 93 puntos en la final de 2007 o bordando el basket en el primer tiempo de 2009. Por si fuera poco, incluso sin triunfos su Panathinaikos, pese a los tópicos, batió records de anotación en la mitad de la década uniéndose a la Fortitudo y a un Maccabi histórico que con Saras, Parker o Vujcic dibujaría paginas únicas… que a nivel de selección la Yugoslavia de Pesic en Estambul, la Lituania de Estocolmo, la Italia de Atenas (incluso se podría adivinar sello europeo en la Argentina dorada) o las más recientes Españas se encargarían de certificar. En 2010, un impresionante Barcelona parecía ser la sublimación definitiva del sistema, venciendo con una defensa agresiva, un juego por encima del aro y una vocación insaciable que le llevaron a la gloria en Paris. Curiosamente, apenas unas semanas después la inesperada derrota liguera ante el Tau de un Dusko Ivanovic que nunca se ha distinguido por ser un apóstol defensivo bien pudo ser otro punto de inflexión. Aquel Barcelona no profundizo en su idea y la derrota en cuartos del año pasado ante el Panathinaikos termino por virar su apuesta…una apuesta que este año solo defendió con fuerza ya un Cska que ha dibujado alguno de los partidos más bellos de los últimos tiempos.

El miércoles comienza en Moscú una final liguera tan importante como las citadas y es que, si bien es una inmensa alegría que el deporte aun guarde espacio para las sorpresas, no estaría de más que el triunfo del Cska ante el Khimki trajera la confirmación de un proyecto que, siento ser apocalíptico, bien pudiera ser la ultima tabla de salvación para los que seguimos creyendo en las bondades de este pequeño club de estetas.


P.D 2: La final de la PBL enfrenta en los banquillos a Rimas Kurtinaitis y Jonas Kazlauskas, razon más que suficiente para volver a recomendar la lectura de las excepcionales "Cronicas lituanas" de Juan Carlos Gallego: http://www.basketme.com/noticia.php?id=37800

sábado, 12 de mayo de 2012

CSKA-OLYMPIACOS APUNTES PARA LA FINAL


PRECEDENTES: Hasta la fecha, el Cska Moscú y el Olympiacos han medido sus fuerzas en 24 ocasiones, todas ellas en la máxima competición continental y con un balance favorable a los moscovitas de 16-8. El primer cara a cara, data de la temporada 94/95 con ambas escuadras jugándose el pase a la final four, en una eliminatoria de cuartos de final cuya intrahistoria refleja una de las partes más oscuras del baloncesto “noventero”:


Un año después, Cska y Olympiacos vuelven a encontrarse, esta vez en la liguilla de octavos con doble victoria rusa: 96-91 en Moscú con 24 puntos de Koudelin y 31 de Rivers y 72-78 en el Pireo con 21 puntos de Nwosu para el Cska. Tras varios enfrentamientos más  bajo el ámbito fiba (fase regular del 97,98 y 99 con un balance de 4-2 para el cuadro heleno), el primer cara a cara de la era Uleb llega en la 02/03 coincidiendo con la llegada al banquillo ruso del actual técnico del Olympiacos, Dusan Ivkovic y saldándose con doble victoria del Cska: 74-67 en Moscú (17 puntos de Songaila) y 77-79 en Atenas (21 puntos de Evans). Posteriormente ambas escuadras se encuentran en los top 16 de la 03/04 y de la 06/07 con cuatro victorias para un Cska intratable. En la 07/08, tras encontrarse en la primera fase con doble victoria griega, ambos conjuntos vuelven a jugarse el pase a la final four en una eliminatoria al mejor de tres partidos. En el primero, celebrado en Moscú, una canasta sobre la bocina de Lynn Greer daba el triunfo a un Olympiacos que en el segundo acto arranca con ventajas de hasta 14 puntos, pese a lo cual no logra cerrar la eliminatoria y ve como el conjunto de Messina levanta la eliminatoria de la mano de un excepcional Siskauskas. De vuelta a Moscú, el Cska certificaba su pase a la final four de Madrid (su último título hasta la fecha) con un claro 81-56. Por último, el precedente más cercano data de esta misma temporada con doble triunfo del conjunto de Kazlauskas: 78-86 en Atenas, en un partido que el Olympiacos domino hasta el descanso y en el que Nenas Krstic fue el jugador más destacado con 20 puntos. En Moscú, el partido redujo su historia a una primera parte esplendorosa en la que el conjunto local anotaba sus 10 primeros intentos triples destrozando a un Olympiacos que terminaba cayendo por 96-64.

¿Cómo LLEGAN?

 Olympiacos: Probablemente en el mejor momento de la temporada. A punto de afrontar la final liguera ante el Panathinaikos con ventaja de pista y tras reafirmar ante el Barcelona las excelentes sensaciones mostradas en la eliminatoria ante el Siena. Ante el barça, el Olympiacos domino un ritmo en el que los de Pascual se han movido bien casi toda la temporada, encomendándose más que nunca a un Spanoulis que esta vez si ejerció prácticamente como base.

CSKA: Coincidiendo con la vuelta de Kirilenko, el Cska parece haber perdido un punto de frescura ofensiva, sufriendo más de lo previsto para llevarse la VTB (en especial en la semifinal ante el Lietuvos) y sufriendo de lo lindo ayer ante el Panathinaikos. Con Jasikevicius atacando a Teodosic y dominando el pick n´roll de manera bestial, el cuadro de Zeljko Obradovic domino de inicio a un cska que no obstante supo dar la respuesta. Un Kazlauskas valiente acabo jugándosela con Khryapa y Vorontsevitch como pareja interior sobreviviendo a un final donde los errores en los tiros libres pudieron ser fatales.

DUELO DE BANQUILLOS: Dos de las grandes pizarras del viejo continente y que además se enfrentan a equipos por cuyos banquillos han pasado. Por un lado el veteranísimo Dusan Ivkovic, ha conseguido maximizar una plantilla de la que ha conseguido sacar un equipo hecho a su imagen y semejanza, resarciéndose así de su agridulce verano con la selección serbia. Enfrente un Jonas Kazlauskas, menos valorado por la increíble plantilla que dirige pero que de momento sigue mostrando unas credenciales de buen gusto impecables. En busca del segundo título para ambos, Ivkovic y Kazlauskas vivirán un duelo que solo cuenta con un precedente anterior  en partido oficial a los vividos esta temporada: en la final four del 99, la primera semifinal enfrentaba al Zalgiris de Kazlauskas con el Olympiacos de Ivkovic y en ella, los lituanos certificarían el primero de los dos grandes pasos que les llevarían a lo más alto de una Europa cestista que a su vez recuperaba con ellos su cara más amable:


Al margen de ese encuentro, ambos entrenadores coincidieron como seleccionadores en el recordado amistoso entre Grecia y Serbia previo al mundial de 2010 en el que se origino una de las grandes peleas de los últimos tiempos. Siguiendo con las interrelaciones, Dusan Ivkovic dirige en la selección serbia a Milos Teodosic, al que también tuvo en el Pireo y a Nenad Krstic, mientras que Jonas Kazlauskas llego a coincidir en la selección helena con jugadores como Spanoulis y Printezis.

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RITMO: En las semifinales el Olympiacos lo domino claramente ante, según Dusan Ivkovic, "el mejor equipo de Europa en baloncesto control". ¿Buscara el serbio mayor velocidad ante el Cska? A priori este Olympiacos no renuncia a cruzar rápido la media pista, pero todo apunta que sus opciones pasan por un partido más bien pausado ante un Cska que desmelenado es imparable.

REBOTE: El rebote ofensivo del Olympiacos es temible con mucho jugadores cargando desde fuera que les garantizan posesiones extras y, sobre todo, dificultan la transición contraria. En semifinales, sufrieron para cerrar su aro y ahí puede estar otra de las claves.

CENTIMETROS: Nadie duda ya de la dureza interior de Hines o Dorsey, pero el Cska puede sellar su aro. A la solvencia interior le une las ayudas de un Kirilenko muy presente en la lucha bajo los aros.

DUDAS: Krstic por el Cska y Law por el Olympiacos, aunque parece que ambos jugaran.

DEFENSA: El Olympiacos se ha mostrado más sólido a lo largo del año pero el Cska ha mostrado picos de mayor intensidad, si los de Kazlauskas logran mantenerlos y no reducirlos a sus habituales salidas en tromba tras el descanso el partido se les puede allanar bastante.

TIRO EXTERIOR: Quizás el gran campo de batalla. En el partido de Moscú el cska reventó el partido desde el triple y a lo largo de la temporada su porcentaje en el triple ha sido un termómetro de su estado. El Olympiacos tiende a colapsar la zona y ayudar en el poste bajo concediendo cierto margen al tiro exterior…Por su parte el cuadro griego carece de especialistas clave, la posible irrupción de Keselj, Spanoulis o la sorpresa en forma de presencia de Gecevicius podrían ser más que útiles.


FAVORITISMO: Claro a priori para el Cska, pero teniendo en cuenta que los del Pireo llevan sorprendiendo media temporada. La dura semifinal ante el Panathinaikos puede haber obrado una doble lectura para los de Kazlauskas: relajo tras vencer en la “final anticipada” o liberación de la tensión acumulada.

DEBILIDADES: El Panathinaikos comenzó atacando la defensa de Teodosic algo que el Olympiacos tendrá más complicado de realizar ya que es muy posible que el serbio se empareja de inicio con Mantzaris. ¿Muchos minutos de Law junto a Spanoulis? ¿Antic de 5 saliéndose fuera para sacar a Krstic?. En el lado moscovita, la obsesión será Spanoulis y no sería extraño que de inicio Siskauskas tratara de jugar al poste buscando generar los primeros desequilibrios.

EXPERIENCIA: Sin duda, punto a favor de un Cska con un buen numero de jugadores acostumbrados a esta tesitura de partidos.

CURIOSIDADES: Dusan Ivkovic puede convertirse en el técnico veterano en conseguir la euroliga. Si lo hiciera batiría además el record de separación entre dos títulos que hasta ahora esta en 11 años (Gomelsky con el Riga en el 60 y el Cska en el 71) dejándolo en 15…aunque si el que vence es el Cska el record pasará a Kazlauskas con 13.

Si el Olympiacos se lleva la final four, Gecevicius será el quinto jugador en tener en sus vitrinas los títulos de la euroliga y la Eurocup. Los cuatro precedentes anteriores tienen como protagonistas a Ricky Rubio, Robertas Javtokas, Antoni Fotsis y un Lazaros Papadopoulos, que de vencer mañana, al igual que Spanoulis, se unirá a Dimitris Papanikolau en se campeón de Europa con los dos grandes clubes atenienses. Hablando de doblar títulos, si el Cska vence, Sasha Kaun se convertirá en el quinto jugador que se lleva la final four de la euroliga y la NCAA tras Toni Delk, Drew Nicholas, Tyus Edenes y Jiri Zidek.

Spanoulis puede ser el tercer jugador de la historia en ser Mvp con dos equipos distintos algo que solo han conseguido Toni Kukoc y Dejan Bodiroga. Al margen de ellos, solo Dimitris Diamantidis ha conseguido lograr más de un mvp en la final four, siendo el único en haberlo logrado (el año pasado) en una misma temporada que el mvp de la fase regular. Si se confirman los pronósticos, es posible que Andrei Kirilenko aspire mañana a emularlo.



ARBITROS: Luigi Lamonica, Jose Martín, Tolga Sahin